Polilla vampiro
Es únicamente el macho el que se
alimenta de sangre. También succiona las lágrimas de algunos animales
Pueden parecer pacíficas, pero no todas las mariposas
viven del néctar.
Las polillas vampiro se encuentra por toda Europa donde principalmente
utilizan sus bocas punzantes para tomar de las flores y taladrar la piel de la
fruta.
Pero algunas han
evolucionado en unas ambiciosas chupa sangre.
Las polillas vampiro
siberiana utilizan sus lenguas largas y punzantes para tomar sangre de los
vertebrados, incluyendo humanos.
Las polillas vampiro
macho de Asia se alimentan de presas gigantescas, como ganado, rinoceronte e
incluso elefantes.
Araña saltadora keniata
No hay nada que le guste más a este arácnido que acecha
en las paredes de las casas del lago Victoria (rodeado por Uganda, Tanzania y
Kenia) que una refrescante bebida de sangre humana.
Pero el destino le ha
jugado una mala pasada; estas arañas carecen de un instrumento que les permita
perforar la piel de las personas.
Esto les obliga a
aprovecharse de intermediarios. Cazan mosquitos llenos de sangre.
Son los únicos animales
conocidos que cazan basándose en lo que sus víctimas han comido, y son
extremadamente exigentes.
Puestas a escoger, solo
comen los mosquitos hembra Anopheles gambiae, el principal vector de la malaria
en África.
Y escoger solo una
especie de la multitud de insectos en la región no es poco.
Estas arañas distinguen
los mosquitos Anopheles por el ángulo de 45 grados de su cuerpo mientras
descansan. Y solo por el olor pueden distinguir un mosquito que está lleno de
sangre humana de uno que no.
Piojo come lengua.
En el Golfo de California
vive un terrorífico parásito acuático que,
para sobrevivir, se come la lengua de su huésped y
ocupa su lugar dentro de la boca. El animal, Cymothoa exigua, que ha
sido identificado como un tipo de crustáceo llamado isópodo, ataca
solamente a ciertos peces. Su estrategia es tan perfecta que mientras el
parásito vive indefinidamente chupando la sangre del pez y haciendo las
funciones de su lengua, el parasitado sobrevive en perfecto estado de salud.
Éste es el único caso conocido de un parásito que sustituye funcionalmente un órgano de su
huésped. Por suerte, no ataca a los humanos.
El parásito empieza la vida como un macho en busca de un
pez.
Una vez que
encuentra a la víctima adecuada, entra a través de las branquias, gatea hasta
la boca y empieza la transformación.
Hunde sus piernas en
la base de la lengua del pez y se atiborra de su sangre, creciendo enormemente
y al mismo tiempo convirtiéndose en hembra.
Sus ojos se encogen y sus piernas se expanden.
Con el tiempo, la lengua seca del pez se cae y el piojo la
reemplaza con su propio cuerpo.
A partir de ese
momento el pez utiliza el parásito como una prótesis de lengua.
La hembra se aparea
con machos que viven en las branquias dando una nueva camada de parásitos macho
que se van nadando para empezar en otro pez el macabro proceso.
Bacteria Vampiro.
Es el
depredador más pequeño del mundo tiene forma de renacuajo y se alimenta de otra
bacteria Hundiendo sus dientes en las paredes de la celula.
Se descubrió hace 30 años, pero ha sido difícil de estudiar porque en el
laboratorio se contamina con la bacteria de la que se alimenta.
Pero este vampiro es uno de los buenos.Su comida favorita es el patógeno
Pseudomonas aeruginosa, responsable de letales infecciones en los pulmones de
pacientes con fibrosis quística.
Es difícil de tratar porque normalmente se esconde en las paredes detrás
de un pegamento que es resistente a los antibióticos.Pero puede nadar a través
de estas películas biológicas, matando la bacteria que los fármacos no pueden
atacar
Esta bacteria vampiro podría
llegar a ser una alternativa a los antibióticos comunes, que trabajan por las
bacterias inhibiendo la reproducción o rompiendo sus paredes celulares.
El problema es que hay ciertas cepas de bacterias que han desarrollado
resistencia a los antibióticos, que son llamdas superbacterias. Así que M. aeruginosavorus es una alternativa muy atractiva he interesante
porque las bacterias no se pueden acumular resistencia a un depredador de la
misma manera que pueden a un antibiótico tradicional.